Un rinconcito cómodo puede ser el pretexto perfecto para sentarse y comenzar a dibujar. He descubierto que a la gente le sigue llamando la atención alguien que dibuja. Se me quedan viendo y a veces no disimulan la curiosidad que les da ver lo que estás dibujando. Ahora me tocó que me tomaran foto dibujando. Vaya que la gente es rara.
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